Has escuchado que la meditación es ideal para reducir el estrés y mejorar la concentración, pero es aún más impresionante ver qué puede hacer por nuestra salud a medida que envejecemos. Múltiples estudios demuestran que la meditación regular puede mejorar significativamente la atención, memoria, fluidez verbal y ayudar a prevenir el deterioro cognitivo.
Si todavía no eres un meditador regular, o si eres un escéptico y necesitas convencerte, aquí hay algunas buenas razones por las que debes tomar tiempo cada día y quedarte en calma.
La meditación es una práctica antigua de mente-cuerpo que se utiliza en todo el mundo para cultivar un sentido de paz, relajación y bienestar. Hay muchas maneras de meditar, pero la meditación Mindfulness (de atención plena) es practicada y estudiada más a menudo en los Estados Unidos.
¿Qué es la Meditación Regular Mindfulness?
La Meditación Mindfulness se centra en la conciencia de actividades del momento actual, sensaciones, pensamientos y sentimientos. Te ayuda a aceptar y liberar tus pensamientos sin juicio y sin dejar que capten tu atención.
Durante la meditación, los practicantes experimentan un período de relajación profunda, llamada la respuesta de relajación. Esta respuesta de relajación se piensa que reduce las hormonas del estrés, cambia las ondas cerebrales y libera todo tipo de beneficios saludables a lo largo de tu cuerpo y mente.
Los investigadores destacan que cuando meditamos durante tan sólo 20 minutos al día, hay múltiples cambios fisiológicos que benefician nuestra salud desde la cabeza a los pies. De hecho, dicen que la meditación regular puede cambiar físicamente el cerebro y mejorar los problemas de salud de un paciente.
¿Para Qué es Buena la Meditación Regular?: 5 Áreas de Mejora en tu Salud
-La Meditación es Buena para el Corazón.
Múltiples estudios demuestran que la meditación es buena para la salud del corazón. Se ha demostrado que mejora la hipertensión, diabetes tipo 2 y niveles altos de cortisol (la hormona del estrés).
La investigación también muestra que cuando meditamos, también somos más propensos a involucrarnos en otros comportamientos saludables.
-La Meditación Contrarresta el Síndrome de Intestino Irritable.
Investigaciones recientes en diversos pacientes con Síndrome de Intestino Irritable, que participaron en un programa de meditación Mindfulness de nueve semanas, ayudaron a obtener una respuesta de relajación.
Los pacientes experimentaron una mejoría significativa en sus síntomas de síndrome de intestino irritable al completar el programa, ofreciendo más evidencia de que la meditación regular puede ayudar a contrarrestar los efectos nocivos del estrés en personas que viven con síndrome de intestino irritable.
-El Insomnio Mejora con la Meditación.
Se cree que la meditación también tiene un papel regulador sobre el sueño. Un estudio indicó que la meditación Mindfulness ayudó a insomnes crónicos a regular sus niveles de estrés y sus actitudes hacia el insomnio, lo que les ayudó a obtener un mayor sentido de control sobre su sueño.
-La Meditación Reduce la Ansiedad.
Los investigadores de la Universidad Johns Hopkins han llegado a la conclusión de que 30 minutos de meditación diaria puede mejorar los síntomas de ansiedad y depresión, a la par con los antidepresivos.
-La Meditación es Buena para tu Espíritu.
Más allá de los cambios fisiológicos que pueden mejorar la salud, la meditación regular también mejora la conexión mente-cuerpo-espíritu, que algunos profesionales atribuyen para mantenerlos sanos.
¿Cómo Empezar a Meditar?
Meditar puede ser tan simple como cerrar los ojos, mirando fijamente una vela u otro objeto, o repitiendo un mantra mientras sigues tu respiración. Si bien cualquier cantidad de meditación te hará bien, verás los beneficios mayores con la práctica diaria.
Prueba esta Técnica de Meditación:
Escoge un momento y lugar tranquilos donde estés libre de distracciones durante 20 minutos. Siéntate derecho pero cómodamente en el suelo o en una silla, o acuéstate con la espalda tan recta como sea posible.
Cierra los ojos y pon las manos en tu regazo, o el dedo índice y el pulgar juntos y descansa las palmas de las manos hacia arriba sobre los muslos.
Respira lenta y profundamente y presta atención a cómo sientes esas respiraciones, la frescura del aire, el ritmo de la respiración. Después, inhala y exhala a tu propio ritmo natural.
Para el resto de tu meditación, sigue la respiración, tranquiliza tu mente y relájate. Cuando tu mente vague, que lo hará al principio, simplemente deja ir el pensamiento y vuelve tu atención a la respiración. Cuando tu meditación haya terminado, abre los ojos; estira y aborda el día con un renovado sentido de bienestar.
Cuando estés listo para más, aumenta la cantidad de tiempo que practicas o busca un profesor o un curso que puedas realizar en casa. En la Sección Recursos podrás encontrar la mejor selección que hemos preparado para ti.
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